Nació el 16 de febrero de 1937 en la Ucrania soviética.
El día 23 de marzo de 1961 estaba participando en la prueba de una cámara de baja presión con una atmósfera rica de oxígeno. Al quitarse unos sensores que tenía adheridos en la piel, se limpió con un algodón mojado en alcohol, tras lo cual todo se inflamó y sufrió graves quemaduras que le causaron la muerte. Tenía 24 años.
Como consecuencia de este accidente, y de un accidente similar que ocurrió en Estados Unidos, se modificó la composición de la atmósfera en las naves espaciales.
Valentín Bondarenko:
Primer fallecido de la carrera espacial
Como en todas las carreras, siempre hay accidentes y siempre hay una primera víctima. Esta es la historia de la primera víctima de la carrera espacial. Su nombre, su historia y su personalidad fue uno de los secretos mejor guardados de fondo del programa espacial soviético durante años. Esta es, en definitiva, la historia del camarada Bondarenko.

Teniente Valentín Vasiliyevich Bondarenko
Valentín Vasiliyevich Bondarenko (Валентин Васильевич Бондаренко) nació en la Ucrania soviética, en el pueblo de Járkov, en la calle “Herzen” número 15, el 16 de febrero de 1937. Su padre se llamaba Vasili G. Bondarenko (1908 – 1993) y era un peletero que luchó en el Frente del Este en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial, tras la que finalizó con siete condecoraciones militares. Su madre se llamaba Olga Bondarenko, (1910 – 1967) y trabajaba en la fábrica de pieles. Tenía un hermano mayor llamado Anatoly V. Bondarenko, (1930 – 1993) que acabó siendo ingeniero.
Bondarenko sufrió dos años de ocupación nazi junto con su madre y su hermano mayor y pasó muchas privaciones durante la guerra. Acabada la guerra, de 1944 a 1951 el niño aprendió con facilidad e interés y estudió en la escuela número 115 de la ciudad de Járkov.
Desde muy temprana edad, Bondarenko se sentía fascinado por los héroes de la aviación y soñaba con ser aviador militar.
Después de su graduación en 1954, en la escuela secundaria masculina número 93 de la ciudad de Járkov, fue admitido en la Escuela de Aviación Militar de Voroshilovgrad; y un año más tarde fue trasladado a un colegio de la fuerza aérea en Grozny, la Escuela Militar de Aviación de Armavir, donde se graduó en 1957, el año de lanzamiento del Sputnik. Ese mismo año,Bondarenko se casó con Anna S. Bondarenko, que trabajaba en el centro de entrenamiento de cosmonautas, (lo dejó tras la muerte de Valentín), y tuvieron un hijo al cual llamaron Alexander (“Sasha”), que con el tiempo se convertiría en oficial de la Fuerza Aérea Soviética.

Familia Bondarenko en 1956
Ascendido a teniente, Bondarenko sirvió en las Fuerzas Aéreas Soviéticas en el 868° Regimiento (IAP) de la 175a División de combate aéreo (IAD) de la 30a del Ejército del Aire (BA) en Kaunas (distrito militar del Báltico).
Bondarenko era un piloto con talento. “Trabajador… vuela con seguridad, competencia y confianza…”, reza en una certificación de servicio de Bondarenko. Era una persona afable, con una disposición agradable, tenía una buena voz para cantar (su canción favorita era “Las campanas de alarma” en ruso Звоночек). Le gustaba el fútbol y se destacó en la práctica del tenis de mesa. Amaba las bromas y nunca se ofendía cuando se burlaban de él.
El 12 de febrero de 1959 es ascendido a teniente superior. El 26 de diciembre de 1959, antes de inscribirse como cosmonauta, sirvió como piloto en el 43 IAP 263a IAD en Tukums (Báltico). Como Piloto Militar de tercera clase (08.29.1959), dominaba el Yak-18, Yak-11, MiG-15 UTI, MiG-15bis, MiG-17, teniendo un tiempo total de vuelo de 288 horas.

Dmitri Zaikin, Andrián Nikolayev y Valentín Bondarenko en Star City – 1960
Adscrito a la aviación naval (los candidatos a cosmonautas fueron preferidos en estas divisiones, porque se creía que presentaban una mejor orientación y capacidad de volar en condiciones más complejas), finalmente el 28 de abril de 1960 recibió la orden de Comandante de la Fuerza Aérea, se alistó con el número 540 como cosmonauta de la Fuerza Aérea, y fue elegido para ser parte del primer grupo de veintinueve cosmonautas (TsPK-1).

Bondarenko y Gagarin durante los saltos en paracaídas – 01 de enero de 1961
El 31 de mayo de 1960 el teniente superior Bondarenko es asignado a la unidad militar número 26.266 en Moscú. Detrás de este número se esconde la ciudad militar “Chkalov”, que comenzaba a realizar la capacitación de los veinte primeros cosmonautas. Hoy, conocido como “Escuadrón Gagarin”, por aquel entonces era el programa Vostok (Oriente). Bondarenko es el más joven, sólo veintitrés años, tres meses y doce días, siendo seguido por German Titov.
Los pilotos seleccionados fueron sometidos a pruebas de temperaturas de cuarenta grados; a pruebas de presión súper baja en cámara barométrica (a presión equivalente a una altura de cincuenta kilómetros sobre el nivel del mar). Los lanzaban, vestidos con escafandra, al agua helada diez veces al día. En reiteradas ocasiones practicaban saltos con paracaídas.
Dada la imposibilidad de imitar las condiciones de la ingravidez en la Tierra, un avión de pasajeros Tupolev-104 fue reconvertido en un laboratorio “volante”, donde en trayectorias determinadas del vuelo se podía imitar la ingravidez durante veinte o veinticinco segundos. Pero lo más complicado fue pasar las pruebas de las máquinas infernales, como denominaban a los aparatos de pruebas centrífugas.

Durante unas prácticas
Valentín Bondarenko fue para comenzar la prueba el 13 de marzo. Por la mañana se despidió de su esposa Anna, besó a su hijo y dijo que estaría de viaje quince días. El 23 de marzo de 1961 era el décimo día de un experimento de resistencia de quince días en una cámara de presión de baja altitud en el Instituto 7 de la Fuerza Aérea (hoy Instituto de Estudios Biomédicos) en Moscú, cerca de la estación de metro “Dinamo”. La atmósfera de la cámara era al menos del 50% de oxígeno puro. Bondarenko, después de haber completado el trabajo del día, se quitó algunos biosensores de control de su cuerpo y lavó su piel con un algodón empapado en alcohol, que tiró descuidadamente. Entonces, la bola de algodón cayó sobre una placa eléctrica, caliente aún por haber sido utilizada para preparar una taza de té. El algodón se prendió y Bondarenko trató de sofocar las llamas con la manga de su mono de lana, que también se incendió en la atmósfera rica en oxígeno de la cámara.
Debido a la diferencia de presión, el doctor que estaba vigilando el experimento tardó casi media hora en poder abrir la puerta de la cámara. Pero cuando fue sacado de la cámara, todavía estaba consciente y repetía: “No culpéis a nadie, me culpo a mí mismo.”. La ropa de Bondarenko se había quemado casi por completo, hasta que todo el oxígeno de la cámara se agotó. Sufría quemaduras de tercer grado en la mayor parte de su cuerpo. El médico que le atendió en el Hospital Botkina, el cirujano y traumatólogo Vladimir Golyakhovsky, quedó impresionado.
Golyakhovsky notó que el hombre estaba tratando de decir algo y se inclinó hacia él. “Es terrible el dolor. Por favor, haga algo para quitarme este dolor“. Estas son las únicas palabras que se le pudieron entender.
El cuerpo de Bondarenko se quemó por todas partes, carecía por completo de piel, no tenía pelo en la cabeza y sus ojos habían desaparecido de su rostro, tan solo los pies habían sido protegidos por las botas.
Con gran trabajo de los médicos lograron poner en la planta de sus pies un goteo intravenoso (en cualquier otro lugar no se hubiera podido encontrar vasos sanguíneos sanos) y pasarle así los analgésicos. “Desafortunadamente Bondarenko estaba condenado y estaba claro desde el principio”, recuerda Golyakhovsky. “Sin embargo, cada uno de nosotros tratamos de hacer todo lo posible para aliviar el terrible sufrimiento”.
Muchos empleados del Instituto 7 de la Fuerza Aérea estaban dispuestos a donar sangre y de piel para injertos, pero de poco servía: la magnitud de las quemaduras eran mortales. De acuerdo con Golyakhovsky, el cosmonauta Yuri Gagarin pasó varias horas en el hospital vigilando a Bondarenko, que murió por el shock dieciséis horas después del accidente, a menos de tres semanas antes del primer vuelo espacial tripulado de la historia. El director del programa de vuelos orbitales tripulados, Nikolai Kamanin, culpó de la muerte a la mala organización del Instituto y el pobre control del experimento.

La tumba de Bondarenko
Bondarenko fue enterrado en Járkov, donde vivían sus padres. El 15 de abril de 1961 se publicó un decreto: “Para mantener a la familia del Teniente Superior Bondarenko con todo lo necesario como una familia de astronautas.” El 17 de junio de 1961, el Presidium del Soviet Supremo de la URSS le concedió a título póstumo la Orden de la Estrella Roja.
Durante mucho tiempo este suceso fue ocultado y negado por las autoridades soviéticas, incluso no transcendió a occidente sino hasta mucho tiempo después. A pesar del paso del tiempo, aún quedan muchas dudas al respecto, han desaparecido pruebas y en su tumba no fue hasta mediados de los 80 que se incluyó la frase “Cosmonauta de la URSS” en la misma. En archivos del museo del Centro de Formación de Cosmonautas Gagarin, con más de 20.000 documentos, tan sólo exhibe una carpeta de cartón que mantiene la memoria de Valentín Bondarenko. Fotos del archivo personal, una foto de su tumba, una autobiografía escrita de su mano, un extracto de las declaraciones del examen de la escuela militar de Armavir, el diploma de la universidad, una cartera de pedidos, y un mapa de la luna con un cráter marcado que lleva su nombre. No es mucho, pero no tan poco para alguien de veinticuatro años.