Siguen trayectorias inconcebibles. Rebotando en los campos gravitatorios de los planetas y el Sol, se dirigen veloces a sus destinos lejanos.
Al llegar, sobrevuelan planetas y satélites, tomando fotografías y descubriendo los secretos de objetos ignotos. Después, se pierden para siempre en la eternidad del vacío interestelar.
Otras se abalanzan raudas sobre asteroides o cometas, intentando anclarse sobre ellos para investigar su estructura y origen.
Pequeños ingenios, o grandes moles, las naves espaciales son los objetos más perfectos que han creado los Humanos.
Pediremos a los especialistas que las han diseñado que nos envíen datos sobre cada una de ellas y sobre los resultados de sus misiones.
Página siguiente

Los robots planetarios
Después de dormir durante largos periodos, aterrizan en planetas lejanos…